domingo, 11 de enero de 2015

SITO KESITO Y SU ROBOT GIGANTESCO CONTRA LOS MOSQUITOS DE MERCURIO



SITO KESITO Y SU ROBOT GIGANTESCO CONTRA LOS MOSQUITOS DE MERCURIO

                                               

Título: Sito Kesito y su robot gigantesco contra los mutantes de Mercurio
Autor: Dav Pilkey
Editorial: El barco de vapor
Personajes: Sito Kesito,  robot gigantesco, señor Mosquito, profesor de Sito.
Resumen:
Había una vez un ratoncito que se llamaba Sito Kesito y vivía en Rabilongo del Bigotillo con su padre y con su madre. A lo mejor Sito era el ratón mas pequeño del barrio... pero él tenía el mejor amigo y más grande de la ciudad.

                      A Sito y a su mejor amigo(el robot gigantesco) les gustaba ir juntos al colegio. Algunas veces, cuando Sito llegaba tarde al colegio, su robot le llevaba volando
hacia la puerta de entrada. Después de que acabara las clases, al robot gigantesco le gustaba ayudar a Sito a hacer los deberes. El ordenador que tenía el robot gigantesco podía resolver los problemas de matemáticas más difíciles. El dedo del robot hacía de sacapuntas y su ojo era un telescopio, lo que le hacía mucho más fácil a Sito estudiar los planetas.

                     Mercurio era el planeta mas pequeño y más cercano al Sol del Sistema Solar. Pero de estupendo no era nada. Y si no, preguntadle al señor Mosquito. ¡Él vivía en Mercurio y lo odiaba demasiado! Odiaba sus largos y calurosos días. Allí subia la temperatura hasta los cuatrocientos grados ¡o más! Y el señor Mosquito no podía andar por la calle porque las chanclas se le derretían cuando pisaba por la acera. Y también odiaba las largas y heladas noches de Mercurio. Allí bajaba la temperatura ¡hasta casi ciento sesenta grados bajo cero!. El señor Mosquito no podía cepillarse los dientes porque la pasta de dientes se congelaba y se ponía dura como la roca. Entonces el señor Mosquito miró por su telescopio y descubrió el planeta Tierra. Vio que allí  los ratones se divertían durante los días frescos de otoño. Y los veía dormir durante las cálidas noches de veranos.
                     El señor Mosquito fue a su laboratorio secreto y se cortó sus asquerosas uñas, puso los recortes de las uñas en una máquina y descargó un potente rayo. Las uñas empezaron a convertirse en mosquitos mutantes. Entonces el señor Mosquito se subió a su nave espacial y mandó a sus tropas para que fuesen a conquistar la Tierra. Y eso hicieron.

                      Cuando el señor Mosquito llegó a la Tierra les mandó a sus mosquitos mutantes que atacaran Rabilongo del Bigotillo, el barrio de Sito. Aquella tarde Sito estaba en la clase de matemáticas. Miró por la ventana y vio a los mosquitos mutantes. Sito levantó la mano y dijo que si podía salir y el profesor le dijo que no hasta que terminara el ejercicio de mates. A Sito le faltaban aun tres problemas para terminar. Sito se preguntaba cuanto eran dos por tres. El robot estaba esperándole fuera. Quería ayudar a Sito para que terminase antes, así que corrió al aparcamiento de profesores y volvió con algunos coches. El robot hizo dos pilas con tres coches cada una. Sito miró las dos pilas con tres coches y dijo dijo: - ¡Dos por tres es igual a seis! Sito le leyó al robot la siguiente pregunta. Le preguntó cuanto era seis menos cinco. El robot tiró cinco coches al aparcamiento y dejó solo uno, Sito dijo que seis menos cinco eran igual a uno. Y el último problema era el más difícil. Sito leyó la pregunta. Dijo que cuanto es uno dividido por dos. El robot partió un coche por dos con una llave de kárate. Sito dijo uno dividido por dos es igual a medio. Sito le entregó los tres problemas a su profesor y después saltó por la ventana y salió.

                          Sito y su mejor amigo corrieron hacia el centro de la ciudad para luchar contra los mosquitos mutantes. Los mosquitos atacaron al robot gigantesco de sito. Entonces, Sito tuvo una idea, como el robot estaba ocupado luchando contra los mosquitos mutantes, no pudo seguir a Sito. Pero el robot podía estirar su brazo hasta muy lejos. Sito montado en la mano de su robot, llegó a la fábrica de las insecticidas Bichos Fuera. Sito le dijo al robot que cogiera uno de los grandes contenedores de insecticida. Y volvieron al combate.

                          El robot agitó la insecticida y vaporizó a los mosquitos. Luego el robot de Sito les pegó una patada con su bota.

                          Los mosquitos fueron derrotados por Sito y su robot y el robot los persiguió hasta el espacio. Los mosquitos del señor Mosquito regresaron a Mercurio volando y nunca volvieron a fastidiar a nadie. El señor Mosquito se enfadó y secuestró a Sito y lo encerró en su nave, el señor Mosquito encadenó a Sito y luego movió una palanca secreta del control de la nave, la nave empezó a cambiar y creció hasta transformarse en un mosquito mecánico gigante que atacó al robot gigantesco. Pero el robot no se defendía, sabía que Sito estaba dentro de el mosquito mecánico gigante y no quería que resultara herido. Como el robot de Sito no se defendía, el mosquito mecánico le dio una paliza. Sito pensaba qué podía hacer para escaparse y tuvo una idea, le preguntó al señor Mosquito que si podía ir al baño y este le dijo que se esperase porque estaba muy ocupado pegándole una paliza al robot. Sito le dijo que era urgente y entonces el señor Mosquito le quitó las cadenas, se fue al baño y cerró la puerta, dentro del cuarto de baño Sito abrió una ventana y asomó la cabeza hacia fuera, el robot vio a Sito y le puso la mano para que saltase hacia ella. Sito saltó y el robot ya podía luchar.

                              Dentro del mosquito mecánico, el señor mosquito se estaba poniendo furioso porque Sito no salía del baño, llamaba a la puerta del cuarto de baño y no salía. El robot aprovechó que estaba distraído y le dio un puñetazo, el señor Mosquito dio un salto hasta su panel de control, dispuesto a defenderse, la batalla final estaba a punto de empezar.

                               La batalla empezó y el robot de Sito le dio una paliza y el mosquito mecánico cayó al suelo.

                                El mosquito mecánico fue derrotado por el robot de Sito. Entonces el señor Mosquito salió a rastras de su mosquito mecánico destrozado y se puso a llorar. Entonces, el robot de Sito agarró al señor Mosquito y lo metió en la cárcel. Y cuando lo dejaron allí, volvieron a casa a tomar un chocolate con tostadas con queso.



       
                          
Opinión personal: Me ha gustado mucho porque la batalla final está hecha como una animación en distintas hojas de papel. Os lo recomiendo.

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